Cuidados faciales

La piel es un órgano vivo. Las células epidérmicas que la componen beben, se alimentan, respiran y se reproducen, lo que hace necesario el aporte diario de sustancias para que realicen sus funciones.

DIARIAMENTE

HIGIENE. La limpieza diaria de la piel del rostro es el camino más corto hacia una piel sana.

TONIFICACIÓN. Los tónicos cumplen la función de restablecer el pH de la piel, tras la utilización de un producto de limpieza como es una leche desmaquillante.

HIDRATACIÓN. Pocas personas realizan la ingesta de dos litro de agua al día que se recomienda. Esa insuficiencia de agua en nuestro organismo genera los primeros síntomas de envejecimiento que, en nuestra piel, se manifiestan en forma de descamaciones y surcos superficiales.

NUTRICIÓN. Al igual que el agua, los nutrientes también son necesarios para mantener con vida cada una de las células a las que hay que suministrar lo necesario para su regeneración y desarrollo (vitaminas, minerales)

TRATAMIENTO. Cuando se producen alteraciones epidérmicas, además de una buena hidratación y nutrición, es obligatoria la utilización diaria de un producto específico de tratamiento. El suero, recomendado bajo diagnóstico personalizado, trata y recupera, y nos permite observar una mejora visible de los diferentes problemas estéticos a través de la acción diaria de tratamiento.

UNA VEZ POR SEMANA

EXFOLIACIÓN. La acumulación de células muertas puede engrosar la piel. Una peeling suave a base de jojoba y algas permite una limpieza suave y regular.

MASCARILLAS DE ARCILLA. Poseen propiedades naturales de los sedimentos marinos que limpia, purifica, nutre y revitaliza.

REMINERALIZACIÓN. Los oligoelementos son minerales que se encuentran en nuestro organismo en cantidades muy pequeñas, totalmente necesarios para realizar distintas funciones en nuestra piel. Su aporte tópico garantiza el equilibrio en aquellas carencias de minerales que no pueden apreciarse a simple vista. Aportando los cinco oligoelementos a la piel.