1. Limpiar y exfoliar
Prepara la piel con un baño de agua caliente disolviendo una tableta efervescente
a base de romero y aceite del árbol de té, o bien la que combina menta y
eucalipto. Limpia las uñas con un cepillo. Para eliminar las células muertas
de la piel y acondicionarla para los demás cuidados, te recomendamos
usar una crema exfoliante. Aplícala dando un masaje
circular con las yemas de los dedos en toda la superficie del pie, hasta
el tobillo. Retírala con abundante agua.
2. Eliminar las cutículas
Con suavidad empuja hacia atrás la piel del contorno de cada uña con el palito de naranjo. Si lo ves necesario, elimina la piel sobrante con el alicate de pieles o con un cortacutículas.
3. Cortar y dar forma
Utiliza la tijera, el cortaúñas o el alicate según tu costumbre. Ten en cuenta que es más recomendable cortar las uñas rectas
y no muy apuradas por los bordes para evitar que se claven. Es
recomendable, que utilices una lima de fibra de vidrio para acortar las
uñas, al darles forma y la de cartón, más flexible y cómoda, para
perfilarlas.
4. Pies suaves
Con la ayuda de piedra pómez y la lima de pedicura,
pule los talones y las zonas en que la piel esté más seca. Si las
durezas se resisten, utiliza el cortacallos y acaba este paso con un
limado general para eliminar la piel muerta.
A mi se me estropean mucho en verano, sobretodo los talones, pero como no tengo mucho tiempo lo único que hago es darles con la piedra pómez en la ducha...
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